// estás leyendo...

Research

Archivo y legitimización: la “prótesis” de la memoria

Intervención en el conversatorio: Archivo – Memoria – Valor

Me parece que archivo y memoria pueden ser considerados aquí como sinónimos, que como acumulaciones de datos dependen de un valor, o una serie de valores que motivan su selección y que cambian con el tiempo. Este proceso, en un primer nivel, está totalmente ligado con la vida cotidiana de cada uno de nosotros. Me acuerdo que de niña me encantaba revisar un álbum de fotos polaroids de mi familia, en particular unas imágenes de un viaje a una isla cerca de la costa de Inglaterra. Dentro de mi archivo portátil – es decir, mi memoria – donde se almacenan virtualmente las imágenes que selecciono como mi historia personal, existe una imagen donde aparezco sentada debajo de un enorme hongo de plástico en un parque temático. Al volver a revisar el álbum hace un par de años, tuve la sorpresa de ver que yo no aparezco en ninguna fotografía de ese viaje. Dentro del subconsciente se me habrá hecho imposible imaginar que yo no estuviese allí…

Lo que quiero decir con esto es que el valor que yo le imponía al archivo hizo que se cambiara totalmente la realidad de la historia. Ahora, este ejemplo quizás no sea el más serio pero igual me parece relevante en lo que quiero enfatizar. El archivo depende de un valor, y así depende de una especie de curadoría que define el contenido (si no estaríamos tan perdidos como los personajes de La Biblioteca de Babel de Borges).

No es posible resguardar todo así que el archivo (y la memoria) son a priori fuentes de legitimización para un discurso. No son, y nunca han sido realmente la realidad como tal, sino parte de nuestra construcción de ella. Por eso, creo que esta obra-instalación-reinauguración del Centro Documental de la Sala Mendoza es tan puntual, justamente porque nos obliga ver al archivo como un objeto fabricado que aquí está re-enmarcándose para ser contemplado pero también usado. Nos invita a verlo un poco como un micro-paisaje fetichizado pero también nos invita a no quedarnos en la contemplación, sino pasar a la acción de intervenir en él – intervenir en el archivo y así hacer memoria.

La construcción de la memoria es algo que he venido investigando con respecto a los archivos y los años 50 en Venezuela donde ciertos archivos legitimizaban un discurso político totalitario.  Como dice Jacques Derrida: “No existe poder político sin el control sobre el archivo, o bien sobre la memoria misma.” La moda de la crítica acerca de los archivos muchas veces subraya su autoritarismo y sus pretensiones totalitarias. Derrida considera el archivo una práctica obsesiva de legitimización a través de una búsqueda freudiana del origen (en la documentación.) Ciertos críticos foucauldianos vinculan la creación del archivo fotográfico, por ejemplo, con la criminología y control estatal. Mientras esto tiene mucho de cierto, también habría que enfocarse en los puntos de ruptura y los límites del control en el proyecto hegemónico del archivo. El archivo también se define por el acceso que uno tiene a él – lo cual se convierte en una medición de la democracia.

El 23 de enero del 1958 cuando cae Pérez Jiménez, la sede de la Seguridad Nacional en la Avenida México fue saqueada. En este lapsus de la institucionalidad algunos archivos fueron quemados pero otros fueron llevados por la gente que estaba allí. Así muchos documentos empiezan a circular en un mercado extra-oficial. Ahora, varios expedientes (que incluían fotografías de gente declarada enemigos del estado) llegaron al archivo de la Fundación para la Cultura Urbana, que ha sido probablemente el archivo más consultado en materia fotográfica de esa época. Ahora lo que me parece interesante es que el imaginario predominante de los cincuenta que se ha sacado de ese archivo invita cierta nostalgia pero el archivo contiene las dos caras de la moneda. Contiene los dos tipos de fotografías hechas por encargo para Pérez Jiménez – es decir las múltiples fotos de presos políticos, junto con las fotos documentalistas de la ciudad-maqueta, de altos edificios pero sin gente.

Me parece extraño, y decepcionante también, que dada la diversidad de ese archivo en particular lo que se ha exhumado de esa época ha sido en la mayoría de los casos una modernidad limpia y urbanística resucitada como si fuese una única realidad.

O sea, que otra vez el asunto va más allá del archivo en sí, se trata de lo que hacemos con él. El archivo es la memoria pero no está completo, no es ninguna garantía de verdad, ni neutralidad; no es ni estático, ni mucho menos confiable. Es otra contingencia más. Y es un objeto de estudio en sí – es, como lo es aquí, una instalación viviente de la escritura de la historia. Legitimiza lo que queremos legitimizar en el momento que nos toque.

El asunto también es el interés en investigar – porque sin eso, el archivo está muerto.

Discussion

No comments for “Archivo y legitimización: la “prótesis” de la memoria”

Post a comment