// estás leyendo...

Research

El Salón Michelena – el safari salón

Por los años 70 en Inglaterra surgió un evento social bien particular. Se trataba  de un safari supper – es decir una “cenita safari” en un grupo de amigos organizaba una cena en la que cada pareja ofrecía su casa como “parada” o “estación” para el disfrute de un plato diferente. Una carrera de relevo culinario, si quieres.

Alfombras marrones y cortinas de terciopelo color púrpura hacían juego con el coctel de camarones en salsa rosada, la chuleta ahumada servida con piña y el postre inevitablemente a base de gelatina. Está demás decir que este evento social fue el colmo del kitsch de la clase media inglesa – algo así como el swinging, o, por decirlo de alguna manera, algo no del todo bien…
Hoy en día el safari supper ha pasado a ser un evento marginal, normalmente organizado para recaudar fondos para las minúsculas alcaldías o parroquias que pueblan Inglaterra.

Nada de bandejas de oro para los comensales del safari supper – ellos se conforman con unos platos de plástico y cubiertos desechables.
A los artistas que participaron en la 64 Bienal Salón Arturo Michelena organizada por la Junta Directiva del Ateneo de Valencia este año quizás esta experiencia no les parezca tan ajena….
Debido a su expulsión de la sede del Ateneo en el 2007, la Junta Directiva se vio obligada a buscar otras sedes para el evento, que fueron el Centro Cultural Eladio Alemán Sucre, el Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia, el Instituto Docente de Urología, y dos espacios del Complejo Cultural y Deportivo “Don Bosco.”

La polémica y la confusión caracterizaron al salón desde el comienzo, debido a la existencia de dos salones pero también por la invitación personal que fue enviada a una lista de artistas y que dejaba claro que este año no se trataba del arte,  sino del apoyo que buscaba la Junta Directiva para su legitimación en el contexto de la politización del ámbito cultural valenciano.  Tratando de resguardar una apariencia de igualdad, la invitación (¿súplica?) fue enviada “por orden alfabético” a un número de artistas y circulada en la web para buscar apoyo para el safari salón.

La obra Cuerpo de Delito de Domenica Aglialoro hizo referencia a la invitación que fue enviada a una lista de artitstas.

La museología siguió la pauta de la invitación (¿contrato tácito?) y la mesa de cada “estación” fue servida también alfabéticamente para “no privilegiar obras o artistas,” como lo explicó el museógrafo Alberto Asprino. El día de la inauguración y bajo el sol del mediodía, el público tuvo que cruzar la ciudad para ver las 129 obras seleccionadas que habían sido expuestas, en muchos casos, en condiciones que dejaban mucho que desear. En el Gabinete del Dibujo y de la Estampa las obras de 37 artistas competían por un espacio mínimo en las salas de techos bajitos y las tenues luces mientras que donde el urólogo las obras se expusieron al lado de fichas técnicas pegadas al azar y entre enchufes eléctricos entremetidos. En fin, se hizo lo que se pudo.

En el salón que tuvo lugar en la sede del Ateneo los textos de sala y la repetitiva mención a “la clase trabajadora” que se encargó de organizar el evento también optaron por destacar el matiz político que se le dio este año, pero al final las obras de cada salón no se diferenciaban de las que estamos viendo en los salones venezolanos en general. Quizás se trata de más que un solo clón….

A escala macro, no se debe perder de vista que este año la politización generó una polémica que abrió un espacio potencial para una participación crítica en el salón (el que fuera) o en los salones. Sin embargo, aunque se hicieron grandes esfuerzos para generar diálogo vía la web, en el grupo de Facebook creado por José Luis García y Ramsés Larazábal y llamado Puerta abierta en torno al Salón Michelena, pocas obras en los salones demostraron mucho interés en el debate. Los artistas Domenica Aglialoro, Gustavo Zajac, Eddy Chacón (cuya obra es el blog http://lamiradadelotroaqui.blogspot.com), Julián Higuerey Núñez y Osvaldo Barreto mandaron obras que tenían que ver explícitamente con la crisis del salón pero el resto se resume en pocas palabras. Posible oportunismo, posible desinterés, indiferencia, o posibles posiciones personales que no fueron trasmitidas por las obras en sí.


La obra de Gustavo Zajac aprovechó la bipolaridad del evento. Fotos: Francesco Spotorno

Por otro lado un (otro) evento paralelo, en el que participaron Domingo de Lucía, Hilda Fe Medina, Félix Suazo, José Luis Omaña y Gerardo Zavarce, trató de articular la posibilidad de una tercera vía para el futuro del Salón. Pero el Gran Salón Bienal Miche & Elena que tomó lugar el 15 de noviembre y que Zavarce calificó como “un irónico evento que pretendió establecer una postura reflexiva con relación a la división del salón más resistente de América Latina” contó con un público escaso.

En resumen, si bien los platos del safari salón del 2008 fueron más numerosos, el recorrido alargado dejó al comensal algo fallo.

Discussion

No comments for “El Salón Michelena – el safari salón”

Post a comment