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Patrimonio socialista, o muerte….

Traficantes de bienes patrimoniales deben pagar hasta cuatro años de cárcel

Caracas, 21 Ago. ABN.-

El tráfico de bienes patrimoniales es un delito tan condenable como el tráfico de drogas y quienes incurren en él podrían cumplir una condena de hasta cuatro años en prisión, explicó el viceministro de Identidad y Diversidad Cultural, José Manuel Rodríguez.

Durante la presentación pública de cuatro cañones, presuntamente del año 1572 y que fueron incautados a grupos de interés económico que pretendían fundirlos para comercializar el bronce, Rodríguez indicó que estas personas están siendo enjuiciados por tráfico ilícito de bienes patrimoniales. El también presidente del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) refirió que se han realizado diversos allanamientos, a través de los cuales se lograron recuperar cuatro de los siete cañones y mantienen la búsqueda tanto de los traficantes como de las piezas restantes.

“Uno de los allanamientos lo realizamos en una casa en La Lagunita, en Caracas, cuyo propietario ya está siendo enjuiciado. Uno de los allanados confesó que otro de los cañones –el tercero- estaba en una fundición listo para ser procesado”, expresó Rodríguez, a la vez que mencionó que hace dos semanas se obtuvo la pista de localización de tres de los traficantes, quienes presuntamente están en Valencia, estado Carabobo.

El viceministro informó que los traficantes son personas poseedoras de yates, con experiencia en el submarinismo, quienes a través de chantaje a los habitantes de la población La Sabana del estado Vargas, lograron secuestrar las mencionadas piezas patrimoniales. “Estas personas estaban saqueando el buque holandés que naufragó hace como 400 años, luego de haber saqueado a diversos buques españoles.

Querían fundirlos para después vender el bronce y estas piezas forman parte de nuestro patrimonio”, señaló. Rodríguez refirió que no existe otro registro en el mundo de presencia de estos cañones. Por lo cual, la recuperación de los mismo es de alta importancia histórica. ‘Estas piezas, por sus características, tamaño y calidad, nos habla de la potencia del imperio español acá y de ese traslado de explotación que se hizo en América. Estos barcos salían infinitamente cargados de tesoros, tanto que se daban el lujo de fundir piezas como éstas. Esto es reflejo de situación en que se sometió América’, finalizó.

Estemos claros. No está bien saquear ni traficar bienes patrimoniales. Mucho menos pretender destruirlos para vender su materia prima. Pero también hay que notar que arrancar obras de patrimonio del paisaje urbano, mandarlos (en el caso de la estatua Colón en el Golfo Triste arrancada del Paseo Colón en 2004) a un futuro incierto en la GAN o, en el caso de la obra derribada en el Parque El Calvario en marzo de este año, no dar información precisa sobre su paradero (excepto de que será trasladada a la Universidad de las Artes porque siendo una copia no es una “obra de arte”) tampoco genera políticas coherentes cuando se habla de patrimonio. Es muy cómodo escandalizarse cuando se trata de unos traficantes “posedores de yates” con casas en La Lagunita, pero las políticas del Estado tienen que ser consecuentes, no solamente cuando conviene.

Hace dos semanas se inició la recuperación del parque de El Calvario, proyecto que incluye la restauración de las estatuas ubicadas en el lugar, entre otras obras.

El martes fue desmontada de su pedestal la estatua de Cristóbal Colón, ubicada al final de las escalinatas, y aunque muchos pudieran considerar que el hecho forma parte del plan de recuperación del espacio, la causa es otra.

Mercedes Otero, presidenta de Fundapatrimonio, aclaró que no se trata de su restauración, sino que “no podemos seguir rindiéndole culto a Colón”. Otero explicó que el año pasado el gobierno español reveló unos documentos que reflejaban “los horrores” cometidos por el navegante en América. “El gobierno español prohibió las estatuas de Colón en ese país”, indicó, al tiempo que continuó explicando las causas de la decisión.

“Para nosotros es vergonzoso lo que Colón hizo en nuestra América. No queremos seguir rindiéndole tributo. No se puede olvidar la historia, pero no podemos seguir en eso”, dijo.

La figura fue removida el martes en la tarde y, según informaron en Fundapatrimonio, por expertos. También se llevaron la placa de identificación. Otero señaló que esa estatua no era la original, por lo que no es una obra de arte; es una copia de aleación de bronce montada en 1985. La original se instaló a principios de la década de 1890.

Estatua de Colón El Calvario: Fuente Presencia Vecinal

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