// estás leyendo...

News

Mea culpa farruquiano. Roldán Esteva-Grillet

Dicen que errar es de humanos, pero ni el burro tropieza dos veces con la misma piedra. Cuando se trata de un ministro, y no es destituido de inmediato, es porque para algo servirá. Es decir, al gobierno ni le va ni le viene. Apenas repuesto con honores en su trono, el museóloco mayor lanzó sus primeros dislates: de ahora en adelante, los museos sólo exhibirán sus mejores obras; y el Museo de la Estampa y el Diseño exhibirá estampas y diseños. Y así de seguido, sin pestañear ni alguien que le replicara. Había descubierto el agua tibia y estaba eufórico.

Ahora reaparece dándose golpes de pecho reconociendo que su genialidad de suprimir las Fundaciones de Estado para cada museo, y fundirlas en una sola, para supuestamente reducir la burocracia, unificar las colecciones y centralizar la programación, es culpable de la inamovilidad de estas instituciones. Sus trabajadores no hacen nada y no tienen con qué, salvo la paciencia para cobrar 15 y último, además de rotar de vez en cuando las exhibiciones. Es frustrante para todos, para ellos que quieren hacer y están atados de manos, y para el público que desea ver cosas interesantes y nuevas. Pero la solución no puede ser la nueva genialidad del museóloco mayor: dado que estos trabajadores nada hacen para llevar el pueblo a sus museos, reubíquense las colecciones en una única bodega. ¿Sabrá este ministro cuánto está arriesgando? Para los que algo sabemos de museos, por haber vivido en sus entrañas, significa la desaparición de los mismos. Sin colección el museo no es sino un cascarón vacío, un fantasma. El hueco se llenará instalando un mercal, o una sede para la misión Marulanda o Che Guevara, o convirtiendo sus salas en oficinas ministeriales.

Se quiso hacer proselitismo con estas instituciones, todas con un pasado espléndido y ejemplar, y se han trasformado en edificios desangelados, ayunos de iniciativas y pletóricos de aburrimiento. Nadie va y si lo hace es por un concierto gratis o por un turístico performance con una pareja franco-venezolana de paracaidistas.

Ya había declarado, al estrenarse en el trono, que el Museo de Arte Contemporáneo era demasiado caro para la poca gente que lo visitaba, y por eso planeaba en secreto trasformarlo en el Museo de las Culturas del Mundo y, zuas, se le quemó la torre Este del Parque Central. Ahora tampoco se atreve a decir lo que verdaderamente piensa, pero es fácil adivinarlo. Es mejor que desaparezcan. Muerto el perro, muerta la rabia, desquicia. Porque lo que hay entre los trabajadores es rabia, mejor dicho, indignación ante una medida descocada de un ministro que llegó al cargo gracias a un folletito donde explicaba, con lujo de detalles, Por qué soy chavista. Lo que no se entiende, no se valora y menos se ama; en consecuencia, estorba en el presupuesto, y su destino no puede ser otro que el basurero de la historia. ¿Museos para qué? Con trabajadores que no se disfrazan de rojo, la ignominia, el oprobio y la abyección son un triunfo revolucionario.

Fuente: analítica.com

Discussion

No comments for “Mea culpa farruquiano. Roldán Esteva-Grillet”

Post a comment